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1930 Batisfera Charles William Beebe Estadounidense
Charles William
Beebe
Naturalista estadounidense. Su interés por la vida submarina le llevó a
buscar el modo de alcanzar la profundidad de los mares. Lo consiguió con una
nave submarina de su invención, la batisfera, en cuya construcción, en 1930,
intervino el ingeniero Otis Barton.
Estudió ciencias naturales en la Universidad de Columbia y después se
especializó en ictiología y ornitología, lo que le permitió acceder al cargo de
director de la Sección de Estudios Tropicales de la Sociedad Zoológica de Nueva
York. Deseoso de estudiar la fauna marina de las grandes profundidades, diseñó
una nave de forma esférica, por considerarla adecuada para soportar grandes
presiones.
La Watson-Stillman Hydraulic Machinery Company la construyó en 1930 con
la colaboración del ingeniero Otis Barton y la financiación de la sociedad de
zoología antes citada. Se trataba de una esfera de acero de fundición, con 1,42
m de diámetro interior, 3 cm de grosor y 2.250 kg de peso, que llevaba una
puerta circular de acceso sujeta al marco con diez tornillos. Para la visión
del exterior disponía de tres portillos cilíndricos, de unos 20 cm de diámetro,
y cristal de cuarzo fundido de 7,5 cm de grosor.
La batisfera, nombre genérico que recibió la nave, carecía de medios de
propulsión y funcionaba suspendida de un cable de acero de 1 000 m de longitud
y 2 cm de diámetro, con una carga de rotura de 29 t, que se enrollaba en el
tambor de un torno montado en la cubierta de la embarcación auxiliarReady,
que era remolcado por el buque Gladisten.
Llevaba además un conducto, sujeto cada 60 m al cable de acero, conectado al
buque, por donde pasaban un par de cables telefónicos y dos cables eléctricos
que alimentaban un reflector de 250 watios destinado a alumbrar el exterior,
con encendido y apagado a voluntad.
La nave tenía capacidad para dos tripulantes, con respiración asegurada
para seis horas, mediante el oxígeno contenido en dos depósitos, en tanto que
la cal sodada y el cloruro de sodio de unos recipientes se encargaban de
absorber el dióxido de carbono y la humedad, respectivamente.
Otis Barton y William Beebe realizaron las primeras pruebas de
inmersiones submarinas, quince en total, entre el 25 de mayo y el 30 de junio
de 1930, alcanzando, a 10 millas de las Bermudas, los 428 m de profundidad el
día 11 de este último mes y año. Los autores estaban convencidos de la
viabilidad del ingenio y de la posibilidad de alcanzar hasta el doble de esa
cota.
Dos años más tarde, alcanzaron los 650 m de profundidad y el 11 de
agosto de 1934, los 906 m, la mayor conseguida hasta entonces. Durante el
tiempo en que la batisfera estuvo operativa, William Beebe realizó treinta y
tres inmersiones, de las cuales sólo dos superaron los 600 m de profundidad.
En la práctica, la batisfera abrió el camino a las grandes
profundidades, aunque su uso era bastante arriesgado, ya que, al carecer de
movilidad propia, su seguridad dependía completamente del cable que la
sostenía. En 1949, Otis Barton, el antiguo colaborador de William Beebe,
construyó una esfera similar a la utilizada antes por ambos, a la que llamóbentoscopio y con la que alcanzó los 1300 m de
profundidad.
Las inmersiones de Beebe, cuyo objetivo era el estudio de la vida
submarina, aportaron notables descubrimientos. Uno de ellos fue la existencia
de peces por debajo de la cota donde llega la luz solar, que en aguas claras es
de unos 80 m, donde no se produce clorofila, por cuyo motivo deben alimentarse
de los restos que caen a esa profundidad o son carnívoros.
Por lo general, los peces de las grandes profundidades tienen una boca
muy grande, para facilitar la captura del alimento, y ojos de gran tamaño,
situados generalmente en el extremo de los pedúnculos, que les proporcionan una
visión telescópica. Hacia los 1.500 m de profundidad disponen de un órgano que emite
luz, con la que atraen a sus víctimas.
Beebe tuvo ocasión de contemplar, a 630 m de profundidad, el paso de dos
peces de 2 metros de largo, a una distancia de 3 metros de donde se encontraba,
apreciando perfectamente sus características y a cuya especie dio el nombre deBathysphaera
intacta. Otra especie que logró identificar fue la llamada Bathyembryx istiophasma.
William Beebe dejó una notable producción científica, consistente en más de
media docena de obras de gran interés y numerosos artículos monográficos.