domingo, 11 de agosto de 2013

1930 Batisfera

·         1930 Batisfera Charles William Beebe Estadounidense

Charles William Beebe
Naturalista estadounidense. Su interés por la vida submarina le llevó a buscar el modo de alcanzar la profundidad de los mares. Lo consiguió con una nave submarina de su invención, la batisfera, en cuya construcción, en 1930, intervino el ingeniero Otis Barton.
Estudió ciencias naturales en la Universidad de Columbia y después se especializó en ictiología y ornitología, lo que le permitió acceder al cargo de director de la Sección de Estudios Tropicales de la Sociedad Zoológica de Nueva York. Deseoso de estudiar la fauna marina de las grandes profundidades, diseñó una nave de forma esférica, por considerarla adecuada para soportar grandes presiones.
La Watson-Stillman Hydraulic Machinery Company la construyó en 1930 con la colaboración del ingeniero Otis Barton y la financiación de la sociedad de zoología antes citada. Se trataba de una esfera de acero de fundición, con 1,42 m de diámetro interior, 3 cm de grosor y 2.250 kg de peso, que llevaba una puerta circular de acceso sujeta al marco con diez tornillos. Para la visión del exterior disponía de tres portillos cilíndricos, de unos 20 cm de diámetro, y cristal de cuarzo fundido de 7,5 cm de grosor.
La batisfera, nombre genérico que recibió la nave, carecía de medios de propulsión y funcionaba suspendida de un cable de acero de 1 000 m de longitud y 2 cm de diámetro, con una carga de rotura de 29 t, que se enrollaba en el tambor de un torno montado en la cubierta de la embarcación auxiliarReady, que era remolcado por el buque Gladisten. Llevaba además un conducto, sujeto cada 60 m al cable de acero, conectado al buque, por donde pasaban un par de cables telefónicos y dos cables eléctricos que alimentaban un reflector de 250 watios destinado a alumbrar el exterior, con encendido y apagado a voluntad.
La nave tenía capacidad para dos tripulantes, con respiración asegurada para seis horas, mediante el oxígeno contenido en dos depósitos, en tanto que la cal sodada y el cloruro de sodio de unos recipientes se encargaban de absorber el dióxido de carbono y la humedad, respectivamente.
Otis Barton y William Beebe realizaron las primeras pruebas de inmersiones submarinas, quince en total, entre el 25 de mayo y el 30 de junio de 1930, alcanzando, a 10 millas de las Bermudas, los 428 m de profundidad el día 11 de este último mes y año. Los autores estaban convencidos de la viabilidad del ingenio y de la posibilidad de alcanzar hasta el doble de esa cota.
Dos años más tarde, alcanzaron los 650 m de profundidad y el 11 de agosto de 1934, los 906 m, la mayor conseguida hasta entonces. Durante el tiempo en que la batisfera estuvo operativa, William Beebe realizó treinta y tres inmersiones, de las cuales sólo dos superaron los 600 m de profundidad.
En la práctica, la batisfera abrió el camino a las grandes profundidades, aunque su uso era bastante arriesgado, ya que, al carecer de movilidad propia, su seguridad dependía completamente del cable que la sostenía. En 1949, Otis Barton, el antiguo colaborador de William Beebe, construyó una esfera similar a la utilizada antes por ambos, a la que llamóbentoscopio y con la que alcanzó los 1300 m de profundidad.
Las inmersiones de Beebe, cuyo objetivo era el estudio de la vida submarina, aportaron notables descubrimientos. Uno de ellos fue la existencia de peces por debajo de la cota donde llega la luz solar, que en aguas claras es de unos 80 m, donde no se produce clorofila, por cuyo motivo deben alimentarse de los restos que caen a esa profundidad o son carnívoros.
Por lo general, los peces de las grandes profundidades tienen una boca muy grande, para facilitar la captura del alimento, y ojos de gran tamaño, situados generalmente en el extremo de los pedúnculos, que les proporcionan una visión telescópica. Hacia los 1.500 m de profundidad disponen de un órgano que emite luz, con la que atraen a sus víctimas.
Beebe tuvo ocasión de contemplar, a 630 m de profundidad, el paso de dos peces de 2 metros de largo, a una distancia de 3 metros de donde se encontraba, apreciando perfectamente sus características y a cuya especie dio el nombre deBathysphaera intacta. Otra especie que logró identificar fue la llamada Bathyembryx istiophasma. William Beebe dejó una notable producción científica, consistente en más de media docena de obras de gran interés y numerosos artículos monográficos.

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